jueves, 23 de diciembre de 2010

DOS MESES JUSTOS HE TARDADO...


... en completar mi encargo. Yo mismo me lo hice y aquí estoy, triunfante, con un gin-tonic de una ginebra nacional que acabo de descubrir, mi amigo Gregorio agradecerá que cite la marca, Tann´s.
El 23 de octubre publiqué una foto, sin duda el post que más repercusión ha tenido en mi blog. Alguien vendía tres bragas y regalaba un libro. Ya tengo el libro, sin comprar tres bragas. Y si lo hubiera leído antes, las habría comprado. Había perdido la fe en la poesía, mucho diccionario de sinónimos para mi gusto. Prado usa las palabras que todos usamos, pero de qué forma, por Dios. Enhorabuena, Marina.

sábado, 11 de diciembre de 2010

OBLIGADO ME VEO, Y AÚN ME CUESTA CREERLO.

La muerte, y pido perdón por la entrada abrupta, no deja de ser el alter ego de la vida. Nos acompaña agazapada en la sombra, pero con sus resortes permanentemente listos por si fuera menester saltar sobre algo o alguien. Y un día se nos viene callada y nos deja mudos. En ese momento el vocabulario nos parece parco, de parca, y damos vueltas al particular glosario que se nos revela insuficiente. Hay muertes dulces, taimadas, a la vuelta de la esquina, inesperadas, justicieras, necesarias, inevitables... Pero si una muerte se apropia de los peores epítetos del diccionario, es cuando nos aprisiona con su garra sucia, nos sacude las entrañas y nos deja el recado inmisericorde y resonante de lo que no admite explicación.
Para nuestra suerte o desgracia, los docentes tenemos más hijos que el resto de las personas. Y por eso disfrutamos de sus triunfos y sufrimos con sus sinsabores, que no dejan de ser derrotas mínimas y salvables, como partidos perdidos pero recuperables, aunque sea en el último minuto. Y sufrimos y disfrutamos más que los demás, va lo uno con lo otro.
Hoy he llegado al trabajo y faltaban dos de mis ahijados (un pedagogo profiláctico reconvino mi opinión, pero lo mandé al cuerno por teórico). Esta mañana Jairo y María, dos hermanos a los que les salió cruz en algún sorteo que se celebra delante de un notario implacable que nos hace dudar de lo divino y lo humano, (sobre todo de lo humano, a Dios gracias), no ocupaban sus asientos. Me gustaría dedicarles una canción, una poesía, un simple pareado en asonante. Pero de las tripas sólo me sale pena. Y lo que es peor, mi pena no acaba de salir. Y se va a juntar con otra que me aprieta las tuercas desde hace años.
No sé qué decir. Sólo, por no parecer tan idiota como detesto ser, aunque lo siga siendo, que no os merecíais esto. Vuestros compañeros y vuestros maestros hemos pasado un día francamente malo y los que nos quedan. Rezos, tarjetas, llantos, una misa o dos. Haremos lo que podamos, pero seguirá siendo poco: no hay solución. Nos acordaremos de vosotros con cariño y trataremos de imaginaros alumbrando desde arriba esta Navidad que viene, y que va a ser muy distinta, porque Dios ha querido que la pasarais con Él.

lunes, 6 de diciembre de 2010

MONAGUILLO SOLITARIO


Podría decirse que mi primer trabajo remunerado, tanto en especie como en efectivo (y negro como una sotana), fue el de monaguillo. Mi madre trató de llevarme al seminario para hacerme sacerdote, no sé si queriéndome convencer de una vocación que nunca tuve, pero lo más que consiguió fue que me graduara sin título como ayudante de cura. No era un mal empleo a mis diez años, aunque el sueldo era variable, y oscilaba entre nada y algunas pagas de beneficios cuando había comuniones, bodas o bautizos. Acabadas las celebraciones, el cuerpo de monaguillos en pleno nos dispersábamos en formación de guerrillas para tirar de la chaqueta a los padrinos, que en días señalados solían y suelen mostrarse generosos. Luego poníamos en común las ganancias y repartíamos con una pierna ya fuera de la iglesia para llegar antes al kiosko o a la churrería, donde por una peseta o un duro nos daban una bolsa de migas de patata, con más sal que patata, que nos dejaba los morros en carne viva.
Un día de la Inmaculada, que se decía Purísima por entonces, fui a misa de seis y media con mis padres, sin ánimo de trabajar, aunque en mi profesión las fiestas se santificaban yendo al tajo. Como no teníamos cuadrante, y nos organizábamos según cayera, me encontré con que el párroco no tenía ayudante, así que me sentí obligado a cumplir con mi deber y presentarme ante mi superior, al que se le abrieron los ojillos cuando me vio. No pensaba yo que al bueno de D. Alfredo le haría tanta ilusión, pero para él debía de ser una grave afrenta no tener monaguillos el día de la fiesta grande en honor de la Virgen. Estuvo más amable que de costumbre, y después de esperar pacientemente a que recorriera la iglesia con el cepillo en la mano , en un mal remedo de Gary Cooper, con mis bombachos y botas de montañero al uso de la época resonando en la tarima, me dio un duro y las gracias después del "ite missa est", y creo recordar que un cachete cariñoso.
Unos días después, en la fiesta de Reyes, el mismo párroco se ganó la enemistad de mi hermana pequeña al hacer mención a las niñas que llevaban sus juguetes a misa. Ella, que era casi tan suya como ahora, se lo tomó a mal y profirió palabras injuriosas hacia D. Alfredo. Mi padre tuvo que llamarla "a su despacho" para calmar su sed de venganza y ahí quedó la cosa, y eso que el cura no era santo de la devoción de mi padre, quien criticaba su prosa para infantes, como la exaltación de la vista de Dios, de quien decía que lo veía todo, incluso "una hormiga negra en un zapato negro en una piedra negra en una noche negra", y cito tan textualmente como me permite mi memoria.
Así como la vida del monaguillo era en general placentera, entre tragos de vino de misa, recortes de formas sin consagrar y tañido de campanas, y del armonio, cuando D. Mateo me daba permiso, tuve que asistir en un par de ocasiones al sacramento de la extremaunción, que me dejó bastante impresionado. No recuerdo cuándo decidí colgar los hábitos como acólito de hecho, pero no sufrí trauma alguno. Me quedó el poso del trato amable de los sacerdotes, alguna bronca por no llevar las vinajeras a tiempo o charlar durante la misa, y el buen rollo entre colegas monaguillos. Pero claro, era un trabajo con pocas posibilidades de promoción, mal que le pesara a mi madre.

PD.- Acabo de recordar la cita exacta: "una hormiga negra en un zapato negro sobre una piedra negra en una noche negra". Mi padre podría corroborarlo. Ya me gustaría que fuera así.

martes, 30 de noviembre de 2010

LA SOLIDARIDAD BIEN ENTENDIDA

Acabo de recibir un mensaje de los de "corta, pega y elimina el nombre del remitente", que me invita a apagar el móvil los días uno y dos de diciembre, mañana y pasado, para fastidiar a las compañías y abaratar costes. Ya se sabe, lo de "Juntos podemos", en versión "Muerte al opresor", pero light. Estas iniciativas me parecen, en principio, correctas. Pero si se producen, son flor de un día o a lo sumo de dos. Supongo que muchos de quienes la suscriban, apoyen y pongan en práctica, estarán tan deseosos de encender el móvil a las 00.00 horas del viernes como el fumador que está pasando una gripe haría con su primer cigarrillo "post-tosem". Lo que en mi opinión (claro está que aquí siempre expreso mi opinión, faltaría más) sería útil no es otra cosa que desintoxicarnos de esa innecesaria necesidad de usar el teléfono a todas horas.
Yo facturo como 6 euros al mes, con mi tarifa "soy pobre y no me importa reconocerlo", así que no les voy a fastidiar si dejo de usar el móvil el miércoles y jueves, porque ya lo hago a diario usándolo racionalmente, en lugar de mandar sms chorras, hacer fotos chorras con una cámara de muchos megapíxeles y un objetivo de plástico, y el consiguiente mms chorras, bajándome canciones que nunca uso o juegos patrocinados por la Clínica Barraquer y entrando a ver el correo que luego puedo ver en casa con la tarifa del fijo que ya tengo pagada, y por supuesto en tamaño grande, sin dejarme los ojos en la minipantalla del "ipholle", "blackperry" o la marca del peine. Tampoco llamo para decir: "cariño, estoy en el ascensor, pero no tengo mucha cobertura, ve sirviendo el agua, que traigo sed". O sea, que el mensaje en cadena debería ser para concienciarnos de que usamos el móvil sin necesidad y más ganaríamos leyendo un libro en casa sin encender la tele, escribiendo cartas en papel perfumado, cuidando la ortografía en lugar de poner bss&abrzs o XXXOOO, y dando ejemplo a nuestros hijos de lo que es consumo razonable, sostenible o como demonios se llame a gastar lo necesario y darse un caprichito de vez en cuando.


martes, 23 de noviembre de 2010

ORNITORRINCO

No hay otra explicación: Dios hizo a este pobre animal con los restos de barro que le quedaron de algunos otros.

viernes, 19 de noviembre de 2010

OTRO POCO MÁS DE ENTREMESES


Veo que desde el día uno no he vuelto a escribir, y eso si consideramos escribir lo que hice el día uno. Estaba ganando tiempo para mi previsto siguiente texto (me niego a llamarlo entrada, como sugiere el tutorial del blog). Sin embargo mis delegados allende la provincia no han conseguido el trofeo que les encomendé. No les culpo, cada uno tiene sus quehaceres y lo mío no deja de ser un engorro para sus ratos libres si los hubiere. Sé que antes de que acabe noviembre habrán cumplido mis respectivos encargos, pues son gente noble y de buena familia (la mía, para más señas). Y apenas en un mes volverá la navidad, añorada y temida (por sus vacaciones y por sus connotaciones). De ese asunto prefiero no hablar... por el momento. La cosa iba de lo rápido que pasa el tiempo, de cómo va trillando o pulverizando los proyectos y de qué duro me resulta echar la vista atrás por lo que de frustración supone. La foto... habla por sí sola.

lunes, 1 de noviembre de 2010

ENTREACTO

Aunque no me acaba de convencer el nuevo diseño de mi blog, mientras me lo pienso, consulto y decido, voy a lo mío, que es escribir. El asunto de las bragas con libro de regalo ha dado más de sí de lo esperado, será porque el algodón cede. Parece que el mundo es realmente más pequeño de lo que aparenta, lo cual me alegra porque siempre me he sentido incómodo en espacios que no controlo, ya sea una ciudad o una reunión de conocidos. Necesito saber qué calle viene detrás de otra, por dónde cae el centro y el itinerario aproximado de los autobuses. No es que tenga mucho sentido u orden interno lo que digo, pero es una forma mal disimulada de dejar abierto el caso de los libros gratis, que espero resolver en parte la próxima semana.

sábado, 23 de octubre de 2010

BREVE HISTORIA DE LA MÚSICA O YO QUÉ SÉ.


Ando aperreado con catarros y maldades físicas desde que dejé de fumar, lo cual me siembra de dudas sobre si la balanza se compensa con bondades suficientes. Compré una regleta para enchufar el ordenador, el casete y la lámpara de la niña, y me regalaron otra a la que todavía no he encontrado utilidad. Hoy he estado tomando café en un hotel que guarda algún secreto inconfesable (mío y probablemente de muchos otros) y me ha dado por dibujar una birria que prefiero no publicar para que mi fama como pintor no decrezca (si se admite el bajo cero). La verdad es que iba a escribir sobre música porque he estado imprimiendo unas partituras antiguas para decorar las clases y el atril de mi armonio, que se aburre mucho, casi tanto como yo. Pero Guido D´Arezzo puede esperar. Incluso mis medicinas pueden esperar. Lo que no puede es mi gin tonic de Martin Miller´s, la ginebra imperfecta más perfecta que existe. Ah, ya me acuerdo, la cosa iba de impresiones, de música, de libros, no, eso no lo he mencionado, pero hace días me enviaron un email con un dibujito en inglés sobre el disfrute de la lectura y otro de cómo domar un libro para que no se deslome. Y me ha dado por pensar en la lectura, en la cultura, en el Sursum Corda, y en tropecientas cosas más. Mi mente funciona así, las veces que funciona.
PD.- He recibido un comentario anónimo, en el que se me insta a mencionar la fuente de la que supuestamente obtuve la fotografía que ilustra este texto. No puedo hacerlo, porque la recibí en un correo electrónico de los muchos que caen en mi bandeja de entrada. De todos modos, os facilito el siguiente link, http://prohibidofijarcarteles.blogspot.com/2010/01/por-la-compra.html , por si es el autor de la fotografía o poseedor de sus derechos. Lamento la omisión. De igual modo, y para no ser injusto, incluyo el resto de direcciones en las que he encontrado la misma foto, cuya autoría uno concede a Begoña Abad, un día de paseo por el mercado del Fontán, en Oviedo. Como quiera que la fecha de publicación no aporta prueba alguna, ahí van todos los links.

lunes, 4 de octubre de 2010

LA PARRÚS DIXIE BAND EN CASTRO URDIALES


Castro Urdiales es una villa situada en el límite oriental de Cantabria, pero prácticamente tomada por los Vascones (quizá se escriba Bascones en Basco, o Vasco, Euskara o Euskera) desde hace años. Aparte del matiz que no pretende ser político, sirva esta introducción para ubicar el evento al que me referiré: la parrús dixie band actuó allá, en el selecto club de tenis, y me invitó a tocar con ellos. No haré mención a las razones poderosas que propiciaron mi confirmación (la alternativa llegó hace algo más de ocho años), sino a varios hechos empíricamente demostrables:
1.- el chaleco que llevé el día de mi boda ha encogido desde el segundo botón empezando por arriba (tiene seis).
2.- las teclas de mi piano han mermado, o mis dedos engordado.
3.- la ingesta de bebidas espirituosas me afecta menos al sentido del equilibrio que a la memoria (sigo repasando por orden alfabético los apellidos genuinamente vascos para agradecer su hospitalidad a una pareja de damas, Ana Marta e Itziar, que nos ofrecieron su compañía por los bares de ambiente, pero ni el vademecum de dinastías de euskalherría me ha conseguido liberar de la nebulosa que hace opaca esa parte de mi cerebro).
4.- una hora y media de sueño no es suficiente para recuperarme.
5.- fa mayor es una tonalidad muy familiar.
Ofrezco un enlace para quienes sientan curiosidad: http://www.laparrus.com/
PD.- No aparezco en ningún link vinculado a la banda. En la foto de cabecera tampoco.
Gracias a Toño, Alberto, Cuadri, Paco, Pedro, Quique y Chuchi, así como a Germán, Dieguito, David, Agustín y Jaime, sin cuya ausencia yo no habría estado allí.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

IKÉ+DA


Hace años, una amiga viajó a Barcelona. A su regreso me contó que había estado en IKEA. Mi ignorancia me llevó a pensar que aquello era una especie de galería de arte, un museo o algo parecido. Meses más tarde volvió a IKEA y me trajo una lámpara Berychungen de papel con esqueleto de alambre. Para entonces ya sabía que era una tienda de muebles sueca. Lo curioso es que la idea de vender muebles sin montar fue un éxito. Te los embalan en cajas paralelepípedas y allá te las entiendas con las instrucciones. Lo único que tengo, aparte de la lámpara, cuyo papel se rompió y sustituí por una carpeta de plástico hecha un cilindro a modo de tulipa o pantalla, es una silla de escritorio. Tardé en meter el muelle "churringen" por el agujero "notejoden" más de media hora, intento tras intento. Pasé la tarde admirando mi obra, con calambres en dedos, manos y brazos (todos míos) y recordando algunas palabras que hacía tiempo no pronunciaba, e incluso inventando neologismos como "mecagoentodoloquesemenea", "suecosdemierda" y "atomarporculolasillaloscojones".
Estoy pensando seriamente en crear mi propia empresa de muebles malos, incluso más ecológica de lo que presume ser la casa escandinava. Incluiré varias instrucciones, algunas con pistas falsas, para hacer del montaje una aventura aún mayor, así como piezas innecesarias, tornillería variada y herramientas defectuosas. Quiero que quien monte uno de mis muebles se sienta realmente orgulloso de su obra, o más bien hazaña.

PD.- La silla de la foto no es de IKÉ+DA, sino un diseño de Elías Cueto, un amigo gallego que es arquitecto todo-terreno.

sábado, 11 de septiembre de 2010

TARDE DE FERIAS

El sábado es un día esperado, mítico para algunos que estrenan camisa, y para mí jornada de asueto y pereza. Me despierta cualquier ruido que no sea de reloj, desayuno con calma más que chicha (bueno, desayuno menos que chicha, pero con calma), me aseo como si pretendiese salir a ligar, y como con menos prisa que un ministro (español, claro) por devolver su cartera.
Hoy, sábado de ferias, tocaba comida suegril, coincidente con llegada de cuñado en el exilio marital (esto es un chiste privado que no pienso explicar).
Antes de comer, hay que comprar comida para peces (no es que mi suegra nos alimente con pienso para truchas, es que tenemos una carpa dorada que es roja, cosas de la transgénesis daltónica). La joven nos advierte de que tener mascotas crea adicción, y ella tiene varios perros, peces, hijos y un marido (transcribo literalmente). De regreso al aparcamiento, mientras observo lleno de desconfianza el bote de comida en escamas, nos nubla vista y oído un automóvil naranja (cuando digo naranja es todo naranja menos el conductor, que es oligofrénico, aunque sé que eso no es un color). Sus derrapes y banda sonora (flamenquito guapo) se confunden con el sonido de las casetas de feria y el olor del aceite largamente quemado como bañera de gambas, croquetas (e incluso "cocretas") y torreznos. Mareado por el summum de organolepsia, (qué asco me doy cuando me pongo pedante, a este paso me ganaré un Planeta o Nadal no tardando mucho), me hundo en el sillón de mi coche, que es apenas esqueleto (coche y sillón, de puro viejos), y de paso me clavo la cartera en el espacio internalgar (creo que tengo la visa en parada cardio-respiratoria).
Fernando Alonso consigue la "poulposision" mientras mi suegra y yo cortamos un traje acá y allá, y los comensales van llegando del bar que un día fue y ya no es (propiedad de mis suegros, que hay que contároslo todo). Una cuñada está como mermada, no interviene, no tulle, menos mulle, no digamos ya julle o frulle (por decir...). Su esposo (o ex-poso al paso que vamos), disfruta de la comida y tras un café y unos whiskies nos despedimos casi todos, con profusión de besos en mayor o menos medida.
Paro en el supermercado, donde una dependienta me cede el paso amablemente. Tras un forcejeo verbal reconoce que, si no paso yo primero, la puerta automática no se abre. Interesada, le digo. Práctica, responde.
Pago mi compra, no poseo (confieso avergonzado) tarjeta Día, ni Carrefor, ni Hipercour (o al revés), ni Gadis ni lechis. Pues me pierdo el descuento.
A la salida me detengo, deseoso de adelgazar, ante un cartel en escaparate adyacente: "Club deportivo y cultural Niara, (www.niara.es, pincha y verás), actividades deportivas y culturales (sobresaliente el diseñador del cartel), ayuda al estudio. Me sonrío: sé que empiezas entrenando y acabas de ejercicios espirituales en Torreciudad.
Cojo el bus, tomo asiento al lado de una voluntaria de Cruz Roja que huele a colonia. Suben dos jovencitas con sandalias de tacón, uñas de colores y ropa de... llorar.
- Supongo que estaréis hartas de atender esguinces de tobillo, -le digo a mi compañera de al lado.
-Ni te imaginas.
-Espero que más que comas etílicos.
-Afortunadamente sí. Prefiero poner tenso-plast que limpiar vómitos.
Risitas cómplices.
Casi al llegar a casa, oigo percusiones. Me acerco con la esperanza de que sea una comparsa de tamborileros. Una bandera española con texto "Taurinos asesinos" frente a varios miembros de la policía nacional me da la pista. Entre los manifestantes ruidosos reconozco a un amigo de hace muchos años, con el que compartí mesa y mantel varias veces. Y aparece Elia, que está pero no está, y charlamos un rato entre risas. Nos despedimos, con su promesa de no cenar solomillo (al menos esa noche) y otra mujer con pancarta de toro sangrante, que confiesa que ella es antitaurina pero menos: al esposo sí se le puede maltatar. Le comento que la foto que porta es antigua, y contesta que a los antitaurinos les vigilan mucho en las plazas de toros y así no hay forma de sacar fotos. Le sugiero que se vista de mantilla, o como poco de Tous y haga la foto como si tal cosa. Me da las gracias. De nada. Cada uno en su lugar.
Casi llego al portal, pero veo a Marta y una amiga, funcionarias de limpieza, tomando un café. Entro, las saludo, conversamos un rato largo, pago su café (que en realidad son dos cañas, pero no lo digo por si es motivo de sanción) y subo a casa. Mi portero y su perro suben conmigo, otra charleta y por fin at home.
Y me pongo cómodo, que es mi forma de decir que me visto para estar en casa, enchufo el ordenador, y me da por contar todo esto en mi blog, que además es verdad.

Pd.- Dedicado ( en estricto orden de aparición/in strict order of appearance) a la vendedora del pet-shop de Vallsur, al colega del monovolumen naranja con sub-woofer de 1000 watios, a mi suegra y su lechazo asado, a mi cuñada Bajita, al club Niara, a la dependienta (quizá aquí debería decir dependiente) del Lupa, a la miembra de Cruz Roja, a las dos jóvenes con tacones, a los antitaurinos, (Elia, Santi y una mujer sin identificar), a Fernando (my man in Mondoñedo, que sabrá en qué lugar del relato ubicarse), a Marta y Henar, probas trabajadoras del servicio municipal de limpieza, a mi portero y su perro.
Sólo habría faltado una pelirroja con medias de colores bailando en mi salón, y la tarde habría sido perfecta.

martes, 7 de septiembre de 2010

EL HOSPITAL DE CAMPAÑA PARA GRANJAS DE CAPONES

Como quedó aparcado y prometido a finales de agosto (o sea, cuando dejaba de estar a gusto), prosigo mis relatos seriados sobre la Caponería Fina, que si no dan que hablar, espero que al menos den para leer un poco y culturizarse.
Uno de los males que aún acechan a los seres vivos y al que no se ha encontrado remedio, es el de la pérdida de la propia vida, que interrumpe el devenir diario del bicho viviente y lo convierte en un ser antipático que ni produce (excepto abono y gases), ni da conversación ni nada. Vamos, que se muere. Esta hasta ahora invencible cualidad del ser vivo, la de dejar de serlo, no es ajena a los capones, unos polluelos alocados que cacarean y picotean mientras les dura la existencia. Pues bien, es decir, pues mal: un par de nuestros mimados y sanamente alimentados gallitos han pasado al limbo de las aves, por causas naturales. Lamentamos la pérdida, aprovecharemos lo que se pueda y proseguiremos con la cría del resto, que roza la treintena, no de años sino de ejemplares.
Es este motivo el que nos ha hecho embarcarnos en la construcción de un hospital de campaña para casos urgentes, en el que no pueden faltar unas camillas de pajas en las que reposar, (qué gran amiga de la humanidad, cuánto bien ha hecho la paja y el mismo pajar, loemos a ambos), un equipo de música de 300 watios, una nevera con ginebras de importación, un televisor de plasma de 100 pulgadas y unas viandas. Y para los pollitos, un desfibrilador.

viernes, 27 de agosto de 2010

CAPONES GALLEGOS

Ante la inminente aparición en el mercado, o irrupción para ser más justos, de los capones cuyo nombre aún no se ha fijado, pero a los que familiarmente llamamos "Pojohn Wayne", un capón de leyenda, me atrevo a facilitar un texto introductorio para quienes no conozcan las excelencias de este animal comestible.

Estimados y estimada miembros y miembra:

Tras breve siesta de apenas dos horas para mejor concentrarme, hállome ante el teclado qwerty (es sencillo escribirlo, basta ir en orden de izda a dcha y sale el nombre, es genial) para comunicaros los resultados de mis últimos esfuerzos mentales. Aún desconozco su utilidad, pero seguro que algunos de vosotros, mientras no me sea asignada una secretaria Caponesa, sois de esos que guardáis los correos importantes en alguna carpeta del ordenador. Simplemente os suelto el asunto, y allá películas.

1.- No son pocos los hitos históricos debidos a la intervención, ora deliberada, ora casual, de un hijo de puta. Esta especie prolifera desde el nacimiento de Caín, y no ha dejado de desarrollar sus capacidades maléficas. Entre los muchos que en el mundo han sido, y los que nos quedan, a uno que no dejó filiación se atribuye el advenimiento del capón, subespecie que sin la interacción humana se extinguiría por razones obvias tras la primera generación. Dice la tradición y algunos documentos que allá por la noche de los tiempos (aunque otros prefieren ubicarlo en el amanecer, porque al haber más luz sería más factible el hecho que a continuación se relata), tres ermitaños hambrientos encontraron un pequeño pollo. Tras apresarlo vivo, opinaron sobre el fin que habrían de dar al infortunado animal.
-Comámoslo ahora mismo, que me rugen las tripas.
-Por un bocado así, que será poca cosa, no nos vamos a salvar. Quizá podamos alimentarlo una temporada hasta que engorde, tratando de subsistir como hasta ahora, con las hierbas que nos dona el campo.
El tercero, con gesto, torvo, exclamó:
-Antes de comerlo, ya sea ahora o dentro de unos días... divirtámonos: cortémosle los huevos.
Así fue como gracias a la intervención de un hijo de puta, y al consenso del trío de ermitaños al que pertenecía, surgió el capón.

2.- Los capones Farinelli no sufren traumas. Son castrados por sistema y tecnología digital (como en la antigüedad lo eran los castrati): sus testículos son masajeados entre los dedos hasta quedar inútiles. El monaguillo del obispo de Lugo - Mondoñedo supervisa la operación siguiendo los métodos que llevaron a sus precursores en la curia a esterilizar a los más famosos cantantes castrados de la historia. Por tal motivo, nuestros capones son conocidos en la comarca por la belleza de sus cantos y cacareos en octava sobreaguda.



Próximamente... "El hospital de campaña para granjas de capones".

Recibid un cordial saludo y un apretón de huevos del director comercial y de marketing de Capones Farinelli, o Pojohn Wayne, o como se acaben llamando.

PD.- No es broma, en unas semanas presentaremos el producto en sociedad y en la web. Atent@s tod@s.

jueves, 12 de agosto de 2010

GRECIA MÍTICA Y ANTIQUÍSIMA

Muchos son los relatos sobre dioses y diosecillos de la antigua Grecia, de la clásica, de la Grecia fetén, no de esta de turistas horteras en chanclas y ligones de barrio en la playa, que se creen también descendientes del Olimpo porque chapurrean cuatro palabras del campo semántico "fornicio" y tienen a gala aguantar siete días y siete noches sin pegar ojo (lo que dura el viaje organizado por la mayorista "ovinos y caprinos sin fronteras"). De entre los menos conocidos (de los relatos, no de los veraneantes, aunque ahora que lo pienso, algo tienen que ver), me gusta destacar el referido a Loftis, una deidad provinciana de la que casi nadie se acuerda. La ni siquiera bella Loftis cantaba los fines de semana a la orilla del lago Demiós, y la verdad es que dicen que lo hacía bastante mal, pero las ranas y los peces, que nunca han destacado por su buen oído, se acercaban a escucharla. Ella pensaba, en su infinita idiotez, que los batracios anfibios admiraban sus virtudes canoras, lejos de sospechar que lo que realmente atraía a los animalitos acuáticos era el tamaño de sus senos al hincharse (o quizá sin necesidad de aire) para ejecutar (nunca un verbo hizo mayor justicia) las melodías apenas reconocibles por sus autores. Tan orgullosa se sentía de su técnica vocal que en un alarde (o dos), tanto inflamó sus pulmones que los pechos acabaron por explotar. Los peces y las ranas huyeron del lago, que quedó vacío por el resto de la eternidad. Por suerte para ella, un dios del Olimpo, con mucha mala uva y apetito desordenado y atrasado, se apiadó de su desgracia, la proveyó de nuevos aditamentos pectorales, y de paso la poseyó alegando enajenación mental transitoria provocada por la belleza de sus cantos. Y los dos, tan felices, como tiene que ser.

martes, 3 de agosto de 2010

REFLEXIONES ABURRIDAS


La tarde de agosto da para un par de llamadas telefónicas, la corrección de unas pocas páginas de la novela más larga que he escrito (y no terminado) nunca y la reflexión, entre resignado y cabreado, al comprobar que envío muchos más correos que los que recibo. Cierto es que bastantes son de chorradas, pero la chorrada es una excusa para decir que te tengo presente. Y que cuando acabe el verano, me pensaré si vuelvo a mandarte chorradas, y tampoco correos serios.
No va para nadie: va para todos.

PD.- Estuve en Segovia hace diez días. Una noche de luna llenísima y música rara entre amigos.

sábado, 24 de julio de 2010

EL ARTE Y EL MORRO

Asistí el viernes a un ¿concierto?, (¿cómo no va a estar el mundo como está?) en una villa libérrima. Bello el escenario, si bien no acababa de ajustarse a la altura del artista, quizá por menos de dos metros para asemejarse al astro príncipe (el rey es él), fue modificado ad limitem y sine tempore (los latinajos no son lo mío, pero ya que estamos entre impostores...). Con la demora que exigen la pompa y el boato "demodés" apareció el vate (de véisvol) a golpear nuestras conciencias y nuestros oídos y lo que nos quedaba por oír, que no escuchar. Una triste zanfona que jamás soñó futuro semejante, orló plañidera el acabóse. Do se afina con do y con do, y a veces tengo dudas.
Oh, artistas y actores del olimpo...¿ a cómo cotiza el montante tabernario?
Estaba la pastora, lará, lará, larito, mifamifamifamifaaaaaaaaaaaaaaaaaa...

domingo, 6 de junio de 2010

CARPETAZO.

La insistencia de las personas por aferrarse a la costumbre me resulta propia. Una novia que te ignora o simplemente te adorna las tardes del fin de semana; un coche que sólo da averías pero al que tienes cariño; un trabajo que dejó de satisfacerte si alguna vez lo hizo... aún tienen explicación, porque no sabes si lo encontrarás mejor o ni siquiera si lo encontrarás. Pero obstinarse por dar importancia a cosas que no la tienen raya la idiotez. Así pues, me confieso idiota ante la televisión, internet, la vagancia y el juego del frontón. Que vienen a ser lo mismo.
Hace algunas "entradas", como se define por estos pagos a los textos que escribe uno de vez en cuando, comentaba que iba a reinventarme. Pues ya es hora.
¿Y en qué me voy a convertir?

miércoles, 26 de mayo de 2010

y Dios creó a la mujer, y luego a LAS MUJERES, y más tarde...


Un día de esos en que Dios andaba aburrido, que suelen ser muchos, porque la eternidad tiene este pequeño inconveniente, decidió, reunido consigo mismo, hacer algo especial, por matar el rato. Y como quería hacerlo verdaderamente especial, pensó en un ser humano, que aunque le daba disgustos más a menudo de lo que jamás hubiera imaginado, siendo como era su creación más perfecta, seguía confiando en él. Dios nunca decía "él o ella", porque Dios está por encima de las imbecilidades de los hombres - mujeres (como quien escribe esto es un hombre, se permite estas imbecilidades). El caso es que después de pensar un rato más que largo, a quién le importa el tiempo cuando se tiene todo por delante, y más aún la capacidad de hacer con el tiempo lo que le diese su real o mejor, divina gana, tomó la decisión firme de crear un ser extraordinario. Pero como para Dios no hay nada gratis, no se tomó la molestia de hacerlo perfecto. En lo que sí se molestó fue en hacer que su alma lo fuera, y para ponerla a prueba, la rodeó de una serie de imperfecciones básicas, de esas que sólo los idiotas tienen en cuenta, tales como "tiene los pechos medianos", "la dentadura es algo desigual" o "el culo blandea". Resulta obvio que, de entre sus dos géneros humanos, escogió a la mujer, que aunque dicen que fue creada después que el hombre, lo cierto, y eso sólo Dios lo sabe (y yo lo intuyo), es que la hizo tras el macho para no incurrir en los defectos de su primera fabricación, pues acostumbrado como llevaba cinco días a hacer monos, perros y bichos en general, le salió un poco animaloide. Y de una costilla, que era de lo poco salvable, le salió una hembra de bandera. Pues con tal molde, Dios fabricó una mujer. Y de las costillas de aquella hizo otras pocas mujeres. Y de las costillas de las mujeres que salieron de la costilla de la primera mujer hizo a unos poquísimos seres excepcionales de los que sentirse orgulloso, porque había días en los que Dios no levantaba cabeza cuando miraba abajo y veía que su magna obra se desmoronaba por momentos.
Total, que para poner a prueba su nueva creación la rodeó de otros seres, personas que necesitaban forzar la bondad de su alma hasta el límite, otro tipo de seres excepcionales con el alma limpia. De vez en cuando, Dios, que será todo lo que sea, pero a veces no hay dios que lo entienda, colocaba en su camino una serie de piedras, no diré chinas, que queda mal hoy en día, sino pedruscos, para que tropezase y se diese un golpe. Pero en la intención última de Dios estaba asegurarse de que seguía siendo el sumo hacedor y de que era capaz de construir seres que rayasen la perfección. Lo de no hacerlos perfectos por fuera no era más que otra de las muestras de que Dios escribe recto con renglones torcidos, y a veces torcido con renglones más que sinuosos, porque Dios es así de... divino.
Sólo Dios sabe lo importantes que son esas pocas mujeres para que el mundo siga teniendo sentido. Bueno: Dios y yo, que conozco a alguna. No digo que yo sea el único que las conoce, pero sí de los privilegiados que las distingue. Porque Dios a veces hace hombres que no le quedan tan mal. Gracias a Dios.

jueves, 13 de mayo de 2010

PEPÍN TRE

Hace algunas fechas asistí a un concierto de Pepín Tre, un peculiar artista entradito en años con una mente ágil y surrealista. Después del espectáculo, la organización nos invitó a cenar con el ínclito Pepín, su compañera guitarrista y unos cuantos portillanos (si ese es el patronímico, que no estoy seguro, de los naturales de Portillo).
Al día siguiente me permití escribir un email al artista, que amablemente me contestó apenas unas horas más tarde.


Muy señor mío:
Ayer tuve el placer enorme, casi descomunal, de asistir a su actuación en la noble villa de Portillo, Valladolid, Spain. Tan gratamente satisfecho salí del acto (mientras usted compraba galletas en Aguilar tuvo lugar una orgía de dimensiones inenarrables, a las que según dijo es es poco proclive, no me refiero a las dimensiones, dato que desconozco, sino al evento orgiástico en sí, como dejó bien dicho) que me propuse felicitarlo personalmente. Por desgracia no tuve ocasión, porque salí a galope tendido para cenar en un humilde restaurante. Me pareció ver a una persona que se le asemejaba, pero qué va, era mucho menos lucuaz, "lo cuaz" no fue óbice para que yo prestase oídos (al 5% TAE) a la conversación, de la que no pude extraer conclusión alguna. Tras la cena se acrecentaron mis deseos de felicitarle, fuera usted o su sosias, pero parece ser que la premura del regreso a casa le hizo salir a escape. Sea como fuere, quedé tan impresionado que me he decidido a expresarle mi más sentido pésame por el reciente fallecimiento de Puccini (gran músico y mejor tornero), del que he tenido noticia esta mañana por La Razón (por lo que aún no doy crédito, ni al 5% ni nada).
Recuerdo haberle visto actuar hace más de 20 años (con otra formación, uno vestido de judoka y otro con zapatillas KEDS y acaso un indio peruano o similar) en un local de Madrid, que se llamaba Puerta de Toledo, o algo semejante. Y no ha cambiado usted nada, excepto algunos premolares por incisivos, que tanto monta.
MI más sincera enhorabuena, estimado Sr. Tre o Do, por mor de la crisis. Que se me olvidó pedirle un autógrafo, pero es que me daba vergüenza, incluso habiendo cenado en la misma mesa que usted (la verdad es que no suelo llamar la atención, a menos que se me quite la mordaza).
Atentamente:
R G, Va.

Esta fue su respuesta:

Apreciado y orgiástico amigo, alégrome de su disfrute y de la ocasión de presenciar un acto que todavía algunos y algunas siguen poniendo en tela de juicio y es la merma de locuacidad cuando se degluten alimentos sólidos o liquidos, tal vez por la asunción de la idea, frecuente en nuestra cultura, de que no es correcto hablar con la boca llena. Siempre a su disposicion, quedo de usted atento servidor que estrecha su mano.
Pepín Tre.


Un fin de semana completo aquel.

lunes, 19 de abril de 2010

NUBE DE NANAS, II

Algunas películas, no siempre buenas, tienen secuela. La presentación del cedé tuvo nuestra particular continuación. Cualquier excusa es bien recibida para reunirse alrededor de una mesa, charlar (o incluso gritar exaltadamente), tal era el estado de euforia. No se trataba de celebrar ventas millonarias ni beneficios idem, sino la culminación de un trabajo que nos ilusionaba y creaba ilusión alrededor.
Trabajar rodeado de amigos, qué gusto. Gracias a todos.

sábado, 10 de abril de 2010

NUBE DE NANAS PARA ASPACE


El martes que viene presentaremos el CD a beneficio de Aspace, asociación en favor de personas con parálisis cerebral. Como todos los proyectos importantes, ha tardado en ver la luz. Y merece la pena. Un precioso diseño del amigo Fernando Fuentes, una de esas personas que piensan en lo que hacen. Otros amigos de Germán Díaz hemos colaborado tocando o componiendo, o ambas cosas. Para mí, que en esto de la música juego en segunda división, ha sido como ser invitado al partido de las estrellas, ese que se juega a beneficio de Unicef. Así que estoy que no me cabe... que no quepo en mí de gozo.

http://www.produccionesefimeras.com/ son los responsables. Quien quiera saber más sobre el disco, sólo tiene que pinchar en esa dirección. Ahí se puede hasta comprarlo. Toda la recaudación irá íntegramente destinada a Aspace.

sábado, 13 de marzo de 2010

DELIBES SE FUE, Y CON ÉL ME VIENEN COSAS A LA CABEZA.

A poco de empezar a leer esta mañana sobre la muerte de Delibes, he llorado. No mucho, apenas unas pocas gotas, pero para mí más que significativas y suficientes, dada mi escasa propensión al llanto. Me suele ocurrir cuando algún hecho me recuerda a mi padre, que hace seis años que dejó de dar señales (no diré de vida, por no parecer morboso). Dos semanas atrás me sorprendí (o no tanto), soltando lastre acuoso-salino a la conclusión de Big Fish, una peli de Tim Burton, en la que el finado pasa a mejor vida convertido en pez. Será, creo yo, que no le lloré lo suficiente (me permito escribir "le" en honor a Delibes, laista y leista consagrado por ser hoy el día que es) y de un tiempo a esta parte le voy rindiendo a D. Fernando la deuda de a poquitos. Mi padre, como D. Miguel, cazaba y pescaba, y leía con fervor "quasi hagiófilo" a quien había conocido en un par de jornadas de caza menor y de quien tomaba frases que hacía suyas en el fondo, sin olvidar nunca honrar al autor. No es casualidad que casi la obra completa de Delibes adorne las estanterías (anaqueles dicen los cultos) del que en mi casa paterna y hoy sólo materna llamábamos "el cuarto pequeño".
Una tarde otoño del 95 me crucé por la calle Mantería con Delibes. Para hacer méritos, se lo dije de inmediato a Ana, una estudiante de piano con la que paseaba aprovechando los últimos soles del año, con el afán cierto de seducirla.
-Mira, ese señor de la gorra es un escritor de aquí. ¿Te suena Miguel Delibes?
Aunque no me respondió a la pregunta, dijo:
-Vaya, vengo a provincias y conozco a alguien famoso. Ya tengo algo que contar cuando vuelva a Madrid mañana.
Sin pretenderlo, o quizá deliberadamente, contestó a varias preguntas al tiempo, porque yo deseaba que Ana se quedase en Valladolid el fin de semana, y de paso me permitiese enseñarle todo sobre Zorrilla, Cervantes, Quevedo, llevarla a cenar a Panero, a comer a la Fragua y a lo que quisiera donde quisiera, pero a mediodía del sábado cogió el autocar para la capital, y todo lo que pude robarle fue un beso en los labios que aún me sabe a pianista huidiza y la visión furtiva de sus preciosas piernas al subir las escaleras del Alsa. Eso sí, de todas sus piernas, de toda su pierna.
PD.- Ana trabaja y vive en una provincia más provincia que la mía, que ya es decir, a menos de 120 km. Gracias a San Facebook lo sé. Tiene el pelo largo y dos hijas. Y ella y yo nos cruzamos con D. Miguel Delibes, que era un señor de una pieza, tieso como un cardo, pero que ayer se secó para mi/nuestro pesar.

jueves, 25 de febrero de 2010

TELE-KITSCH (SOBRE NUEVAS TECNOLOGÍAS Y TRADICIÓN)

Tengo un receptor de 25 pulgadas, de los antiguos con culo gordo y tubo de imagen. A su lado está el sintonizador de TDT, un aparatejo sin ninguna enjundia, que me permitirá alargar la vida de mi viejo SONY (en términos electrónicos, eso significa más de diez años) hasta que diga "hasta aquí hemos emitido" y le dé por equivocarse de colores y hacerme creer que de repente me he vuelto daltónico. Y reflejado en su pantalla oscura andaba yo cavilando sobre las jubilaciones, la propia cada vez más lejana, y la de los aditamentos que la tradición ha ido convirtiendo en amigos inseparables del aparato de la tele en según qué hogares: el toro de plástico, la gitana, la torre Eiffel dorada, la burbuja en la que nieva y el culmen de la elegancia: el pañito de ganchillo, ese pariente pobre del encaje de bolillos, para dedos perezosos o artríticos. Así pienso que habría que incluir en la "guía del buen ciudadano", manual de civismo que reparten los ayuntamientos que recalifican zonas verdes para construir un IKEA, un punto limpio donde deshacerse del sintonizador al tiempo que la bailaora con su torito de embestida perpetua. Y la razón es simple: sobre la mínima superficie del nuevo televisor de plasma, cuarzo líquido o bismuto sólido, que tiende a cero por mor del avance científico-digital-tecnológico-informático, será imposible alojar a nuestros inquilinos, desahuciados de su estancia para siempre jamás. La torre Eiffel sólo se sujetará en equilibrio imposible sobre dos patas, y acabará emulando a los muchos suicidas que usaron la de escala 1:1 de París. Del mismo modo, el morlaco, en sus variantes de astifino, cornigacho, abrochado de cuerna, corniveleto, urraco, huevicolgante o rabisucio, tendrá que mantener la pose frente a la gitana estática y temerosa del abismo. En fin, que nada será lo mismo. Sin embargo, me niego a que el siglo XXI barra de nuestros salones o humildes cuartitos de estar la impagable compañía de aquellos ornamentos. Un amigo me comentó que su padre había reciclado la caja contenedora del nuevo Plasma 50 pulgadas en estantería para objetos kitsch, y que sobre el filo de 25 mm de grosor se erigía una torre de cartón a modo de hornacina, desde donde miuras, victorinos o albaserradas se asoman a la pantalla de cinemascope, con sus gitanazas morenas (algunas con castañuelas) bailando incansables sobre un paño de ganchillo, la nieve cayendo sobre el portal de Belén y la torre Eiffel al fondo. Toda una estampa de la convivencia de los tiempos.
Por mi parte, correré en auxilio de quienes, menos hábiles, no encuentren acomodo a sus adornos antiguos y llenos de recuerdos. He encontrado una tienda "de los chinos" (antes "todo a un euro", y antes de antes "todo a cien... de las antiguas pesetas") con infinidad de bailarinas de ballet clásico, que podrán sin mayor esfuerzo ni riesgo equilibrarse en el borde de mi nueva tele (cuando la compre, que espero tardar); también hay una bella colección de gimnastas olímpicas disponible en kioskos, con reproducciones de las Comanecci, Kim, Khorkina, y alguna Chuchunova, por decir un nombre. Quizá me decida a desmontar una lámpara de Lladró que languidece en el trastero.
Y como culmen arquitectónico, una joya de ingeniería y diseño que le vendrá de perlas: una reproducción en auténtica piedra de mentira del acueducto de Segovia.

sábado, 20 de febrero de 2010

FUEGO EN EL ALMA


Una vez, hace años, me inventé como pintor. Quiero decir que no había pensado jamás en dedicarme a ello, pero paulatinamente se fue instalando en mí la idea y luego la necesidad de ponerla en práctica. La experiencia fue placentera, por cuanto me sorprendí con una determinación y entusiasmo desconocidos y disfruté no solo de la tarea creativa, que en sí es atractiva, sino también de la sensación ególatra de creerme artista durante unos años. Aunque llevo mucho tiempo dedicado a la música, casi siempre lo había hecho en grupos, con lo cual sólo eres una pequeña parte, que depende de lo muy o poco solista que seas. Pero cuando pintas, tus cuadros son tuyos y tu éxito (si lo hay) no lo compartes con nadie. Aquel reto íntimo supuso mucho más que la venta de algunas obras a mis amigos, sino saber un poco del mundo del arte y el mercadeo. Conocer a unas pocas personas en un momento determinado puede significar el éxito o el fracaso, que se te abran las puertas del paraíso o la trampilla del infierno ceda bajo tus pies. Yo, ni lo uno ni lo otro. Hubo quien me prestó su sala o me presentó a quien podía prestarme otra, y conocí el juego de amigos y conocidos y favores prestados con mayor o menos interés. En definitiva, pude codearme con pintores muy buenos y con algunos peores que yo, que también los hay. Lo que más ilusión me hacía era preparar las inauguraciones, porque acudían mis amigos y nos tomábamos unos vinos con patatas fritas de bolsa, y me decían que les explicase mis cuadros, o que les reservase uno, o que menudo morro tengo. Pero me encantaba reunirme con todos ellos y con mi familia, porque a ciertas edades sólo coincides en funerales con la gente que quieres.

Pasada mi fiebre pictórica, ando peleado conmigo porque no acabo de sacar a flote la vertiente de escritor, salvo en este cuaderno o en muchos textos que hibernan en el disco duro de mi ordenador.

Mientras tanto, sigo reinventándome como persona. Quizá eso suceda antes de publicar un libro.

lunes, 8 de febrero de 2010

PILATES

Me invitaron dos de mis hermanas, o más bien me retaron, a hacer pilates. Dicen que lo inventó un señor al que mantuvieron encerrado durante la Gran Guerra. El bueno de Joseph Pilates se esforzó por mantenerse en forma y ayudar después a personas hospitalizadas a hacer lo mismo. Así creó su método de ejercicios anaeróbicos. Y hasta ahí la brevísima historia de su origen.
Los lunes y miércoles voy al gimnasio, y de ocho a nueve someto a mi cuerpo a una terapia de desadormecimiento rodeado de mujeres (el instructor es hombre y creo que siente celos de mí) de edades comprendidas entre los 15 y los taitantos. Yo me siento una más. Es lo que tiene mi lado femenino, que en situaciones así me domina. De lo contrario, no podría hacer algunos ejercicios.

sábado, 23 de enero de 2010

"BLOGUEANDO"

No sé si bloguear es un verbo aceptado, y si lo es, ignoro si en el sentido de leer o escribir blogs. Pues bien, desde mi última contribución a este, (el panhispánico de dudas exime de tildar los pronombres demostrativos), me he dedicado a bucear por el maremágnum de páginas de autores como yo mismo, con el propósito de aprender, lo cual se puede hacer de muchas formas, pero básicamente de dos: imitando conductas y evitando otras. En el mundo de los blogs hay infinidad de personas cultísimas (al menos en apariencia, que no he cenado con ellas hasta hoy), que plantan sentencias en maceta o jardinera; otros que patean a la Real Academia con saña, ya sea por animadversión a los académicos o a la gramática elemental; algunos aprovechan para colgar fotos en las que exhiben su impudicia e incluso presumen de liberalismo porque "se lo montan" con dos parejas al tiempo y una boa constríctor que pasaba por allí; y los más lo usan como elemento de propaganda, al estilo de una página web que no requiere mantenimiento. El caso es que he disfrutado enormemente con una que se dedica a sacudir estopa a los novelistas de hoy en día, especialmente a los que escriben best-sellers traducidos a veinte idiomas, y a los que la unánime crítica patria eleva a los altares de la deidad.
A mí, que soy permeable, me afectó sentirme idiota leyendo lo que los críticos fiables tildan de noveluchas y ni siquiera eso, así que me enfrasqué (soy muy de frascos a ciertas horas) en la lectura reflexiva de obras en cuyos errores de bulto no había reparado, ya sea por la prisa con la que paso los ojos sobre las letras, o por mi inconsistente cultura. Así que me hallo, como Proust, en busca del tiempo perdido, tratando de encontrarme con los novelistas de una pieza. Y por el momento aparcaré mis ansias de escribir una novela de una pieza, hasta que me entere de cómo se hace.

jueves, 7 de enero de 2010

PROPÓSITOS, APÓSITOS Y APAGONES DIGITALES. Y UN CONSEJO, CON LA VENIA.

A veces los buenos propósitos no son otra cosa que parches, cuyo pegamento dista mucho de ser permanente. Alguien me contó que una empresa americana, en su afán por encontrar el adhesivo eterno, acabó inventando el post-it, de fracaso a éxito, una técnica muy utilizada por nuestros prohombres. Pues bien, como mis tatuajes, que son de pon y quita (en ese orden), así suelen ser los propósitos de año nuevo, que van prescribiendo con el paso de los meses: dejar de fumar se convierte en fumar menos; perder los kilos de las sin sentido comilonas navideñas (y de otras anteriores) viene a transformarse, no ya en labrarse el abdomen con tabletas de chocolate, sino en rellenarlo por mor de la ansiedad que provoca dejar de fumar; aprender un idioma nuevo acaba chocando con la necesidad de mejorar el propio, a la que contribuye el estúpido esfuerzo de los que llaman al pan "masa de harina cocida en horno" y al vino "caldo monovarietal envejecido en barrica de roble".
Podría enumerar intentos vanos de autoayuda, pero no me apetece. Sólo quiero añadir un consejo: los propósitos, mejor ordenaditos de menor a mayor y siempre de uno en uno. Conseguido el primero, vamos por el siguiente.
PD.- Quizá el cacareado apagón digital nos sirva, mientras compramos televisor nuevo, para darnos cuenta de la inutilidad de la tele, o al menos de que es bastante prescindible. Leamos más, por ejemplo. Pero en libros de papel, aunque sea reciclado.