sábado, 27 de junio de 2009

DE ALGÚN SITIO HE SACADO ESTO

Hasta llegar a la ciudad del apóstol transcurrieron varios días, a lo largo de los cuales visitamos pueblos de la costa cantábrica, playas apartadas de la mayoría de los turistas, incluso alguna nudista que nos pareció francamente vulgar, no por el paisaje en sí, pues suelen ser bellas y de difícil acceso, lo que las hace aún más paradisíacas, sino por el aire de fingida distinción que mostraban los bañistas y que nos causó cierta desazón y acaso un poco de rechazo. Particularmente, eso que llaman naturismo siempre se me ha antojado una frivolidad pseudo-moderna y un tanto sonsa. No entiendo que nadie pretenda reivindicarse por la mera exhibición de su cuerpo, como tampoco a los que hacen bandera de su opción sexual. Recuerdo una ocasión en la que uno de los asistentes a una terapia de grupo para superar adicciones, yo en aquel tiempo trataba de dejar de fumar, se presentó como “Fulano de tal, homosexual”. No pude reprimir mi veneno al presentarme como “Mengano de cual, padezco prostatitis, tengo caspa y me faltan dos muelas”. El revuelo que se formó por mi manifiesta ausencia de talante democrático, mi fascismo e intolerancia y mi falta de estilo, por la que pedí perdón, al no haber sido capaz de presentarme en forma de pareado, mientras abandonaba la sala, me sirvió para decidir que seguiría fumando hasta que el cuerpo me pidiese clemencia. Y en ello estoy.

viernes, 26 de junio de 2009

pensamientos obscenos y nada correctos políticamente, ni falta que hace

Una casa sin libros ni discos no es un hogar: es la funda de un paraguas, y que me perdonen los paraguas.

martes, 23 de junio de 2009

DÍAS DE MUCHO, VÍSPERAS DE NADA

El refranero castellano ejerce un magnético poder sobre mí, mal que me pese aparecer como el tonto y majadero de otro refrán. Aún así, lo encuentro lleno de sabiduría cargada de siglos de vivencias, como una suerte de estadística popular recogida en palabras en lugar de números que aparece por sorpresa en ese laboratorio infalible que es el día a día humano. Y pienso en los perros que buscan la sombra en febrero, o permanecen callados antes de morder; en las cigüeñas que miran el calendario zaragozano para aparecer por San Blas; en si nieva antes de que el año venga cargado de bienes; en si Dios premia a los madrugadores o Santa Bárbara se ríe de los incautos cuando hay tormenta. Sea como fuere, me vienen a la cabeza con puntualidad británica (que no deja de ser otro dicho pesudo refranero) y los suelto como pájaros para que se posen donde se les antoje.
Así que ayer fue mal día, pero me consuelo pensando que no hay mal que cien años dure, aunque uno llegue calvo.
Por cierto, a veces se equivocan, porque para mi viaje sí hacen falta alforjas. Sé que parece contradictorio, pero hay una persona muy especial que lo entenderá. Y probablemente sonría.