jueves, 9 de julio de 2009

SOBRE EDUCACIÓN

Dice una mujer en "el mundo" que la lactancia tendría que enseñarse en las escuelas. Bonita frase. Me viene a la memoria que otros propugnan la docencia en el ámbito escolar sobre múltiples temas: educación vial, educación para la salud, para la diversidad, educación sexual (lo que antes te contaban tus padres con dosis variables de rubor acerca de la menstruación, la masturbación o las relaciones prematrimoniales), educación para la igualdad de sexos y el reparto ecuánime de tareas (que el otro día se coló un chalado en el súper, montó una bronca, drogado hasta las patas, que hasta lo decía él, y una mujer preguntaba a gritos que si no había hombres por ahí para defenderla, y yo pensaba que Bibiana Aído o Bibiano Aída, que ya no sé cómo es, me denunciaría si se entera de que voy de machito), y todas las educaciones del mundo. Y digo yo, ¿los padres no piensan en nada más que en trabajar, ganar pasta y pagar la Nintendo? Porque mi padre me enseñó a respetar los semáforos y hasta a conducir a hurtadillas, me dio mis primeras charlas sobre sexo (no muy acertadas desde el punto de vista científico, pero al menos muy sensatas); mi madre me enseñó a cocinar y planchar; y mis cuatro hermanos y yo jugábamos al parchís, fútbol, baloncesto, médicos y enfermeras (no de los de las series de TV de ahora, plagados los hospitales de líos, arrebatos frenéticos en la sala de guardia y morreos entre lesbianas). Y hasta nos inventamos operación triunfo, pero sin presentadores majaderos homófilos y heterófobos: simplemente cantábamos con un micrófono (plátano, colador, o uno de cartón recortado) y nos dábamos puntos (casi siempre ganaba yo, el músico de la familia, aunque todos cantábamos bastante bien).
PD.- Tengo una cierta cantidad de amigos y amigas homosexuales y homosexualas. Pero no de los que hacen bandera de su opción sexual, sino de los normales, de los que dejan sus actividades privadas para momentos privados.