Castro Urdiales es una villa situada en el límite oriental de Cantabria, pero prácticamente tomada por los Vascones (quizá se escriba Bascones en Basco, o Vasco, Euskara o Euskera) desde hace años. Aparte del matiz que no pretende ser político, sirva esta introducción para ubicar el evento al que me referiré: la parrús dixie band actuó allá, en el selecto club de tenis, y me invitó a tocar con ellos. No haré mención a las razones poderosas que propiciaron mi confirmación (la alternativa llegó hace algo más de ocho años), sino a varios hechos empíricamente demostrables:
1.- el chaleco que llevé el día de mi boda ha encogido desde el segundo botón empezando por arriba (tiene seis).
2.- las teclas de mi piano han mermado, o mis dedos engordado.
3.- la ingesta de bebidas espirituosas me afecta menos al sentido del equilibrio que a la memoria (sigo repasando por orden alfabético los apellidos genuinamente vascos para agradecer su hospitalidad a una pareja de damas, Ana Marta e Itziar, que nos ofrecieron su compañía por los bares de ambiente, pero ni el vademecum de dinastías de euskalherría me ha conseguido liberar de la nebulosa que hace opaca esa parte de mi cerebro).
4.- una hora y media de sueño no es suficiente para recuperarme.
5.- fa mayor es una tonalidad muy familiar.
Ofrezco un enlace para quienes sientan curiosidad: http://www.laparrus.com/
PD.- No aparezco en ningún link vinculado a la banda. En la foto de cabecera tampoco.
Gracias a Toño, Alberto, Cuadri, Paco, Pedro, Quique y Chuchi, así como a Germán, Dieguito, David, Agustín y Jaime, sin cuya ausencia yo no habría estado allí.
2 comentarios:
Mingonito.
(Yo el chaleco de mi boda, como el resto, lo alquilé. Así no puedo comprobar el encogimiento)
Yo mi vestido de Novia lo tengo a la venta en ebay, se que llegará el día en que no quepa en él, pero como no quiero verlo...
Publicar un comentario