jueves, 23 de abril de 2009

Au recherche du temp perdù, (o como se escriba eso)





Digo yo, con la poca modestia que me caracteriza, que por qué no se celebran durante el puente las procesiones suspendidas hace menos de dos semanas. Es una buena ocasión: los lugareños dejamos sitio a los forasteros (¿que ellos no tienen fiesta?, ese es un mal menor), y de paso las carrozas fluirán libres por las calles desiertas de tráfico. Tome nota, Sr. alcalde: la ocasión para congraciarse con los penitentes la retratan alopécica.
Veremos lo que da de sí el puente.
Me da que soy uno de esos monobloguistas...
Y así se estrena el nuevo obispo, que aún no sé quién es, tendré que sintonizar la COPE para enterarme, aunque ahora que no está Jiménez Losantos, no será ni parecido. (Por cierto, ¿en qué número del dial aparece esa emisora?)
Ah, no pienso hablar de sexo, ni de fútbol, ni casi de política. Si ya tuviésemos IKEA, podria pasarme los cuatro días montando un mueble.

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