Un perro vagabundo,
más listo que el hambre que pasa desde que lo largó una familia
desestructurada, se cuela en un laboratorio ultra-secreto ubicado en el
desierto de Mojave, o Sonora o Walnut Grove (USA), que tampoco es cosa de
revelar los ultra-secretos. Un inexplicable fallo (de esos tan comunes en la
filmografía yankee, no sé qué coño hacen los ingenieros ni los censores) en el
sistema de seguridad le permite colarse de rondón en la cámara acorazada en la
que, justo en ese instante, ya es mala suerte, el acelerador de partículas
dispara un chorro de fotones, protones y neutrinos, menuda mezcla, de agárrate
que vienen curvas. Pese a que lo normal sería
que hubiera muerto en el acto, su naturaleza perruna, curtida en mil
batallas callejeras, a veces por un quítame allá esos huesos, la verdad sea
dicha, le salva y recibe la descarga poniéndose verde que, ya se sabe, es el
color tradicional del láser y la energía nuclear. Antes de que los técnicos se
den cuenta, entretenidos con sus tabletas jugando al Candy Crush, escapa
despavorido por si pintan bastos.
En su huida conoce a una perrita con pedigree (o perrigrí) de
la que se hace íntimo, aunque ella es reticente a pasar de los lametazos por la
diferencia de clases. Manteniendo las distancias, se alojan en una cueva
unifamiliar que encuentran en mitad de las Rocosas, que los perros se ponen a
andar y no tienen freno.
Una noche, ante la negativa de la perrita a mantener
relaciones prematrimoniales, el can se cabrea mucho y la pone verde para, acto
seguido (o mejor, ante la ausencia de acto) ponerse verde él mismo. Se ilumina
la cueva entera y las estalactitas se funden aunque, patas para qué os quiero,
alcanzan la salida de emergencia justo a tiempo de evitar una muerte segura y
asaz desagradable.
En su carrera frenética deja frito a todo animal que se le
acerca: osos, comadrejas, zorros, castores, coyotes, todos caen fulminados
antes de hincarle los dientes, abatidos por el poder sobrenatural que le otorgó
la descarga. Por ese motivo, la perrita, que tenía buenos vientos, procura no
molestarle y accede a sus deseos poniendo cara de estar enamorada hasta los
belfos. Sin embargo, una noche, mientras duermen en una barcaza abandonada en
el Mississippi-Missouri, que es más largo que el Mississippi solo, ella
aprovecha para tomar las de DiegoVille.
El perro, abatido por el abandono, o abandonado a su
abatimiento, se lía a trotar y encuentra una loba esteparia, con los ojos
azules, también abandonada por su pareja de hecho, que amamantaba a sus pequeñuelos
(la loba, no el cerdo del lobo cobardica) en las estribaciones de los
Apalaches, con la que se consuela entre toma y toma.
Sin que lo sospeche, todas las fuerzas del orden del país (¿o
del país del orden?) andan tras sus huellas para evitar males mayores, que no
incluyen la catástrofe ecológica ni la desaparición de las especies animales,
porque los gobiernos están por encima de esas majaderías, y esta no es una peli
de Walt Disney, sino una cosa seria de verdad, que se note que se preocupan por
salvar el mundo.
La loba con su prole y el perro viven divertidas aventuras:
que si ahora reviento una gasolinera porque no me aceptan la master-can para pagar unas chuches (comida
para perros); que si robo una avioneta (los perros verdes tienen esos super-poderes
y muchos otros) y me doy un garbeo por las cataratas del Niágara; que si muerdo
a un barrendero… Pero todo se tuerce cuando reaparece la perrita con pedigree,
que pese a todo le echa de menos después de unos escarceos con no más de noventa
canes que le hacen poner las patas en el suelo.
El chucho, preso de las dudas y los protones, se retira a
meditar en los fiordos, porque en USA también tienen fiordos, y noruegos si les
da la gana. Allí es emboscado por los marines y, tras una lucha sin cuartel en
la que el mediador del FBI se ve forzado a tirar de manual para convencer al
perro de que deponga las armas que no tiene, es hipnotizado por un mago que
estaba de vacaciones y reducido al absurdo.
Este cine de evasión tan divertido me está matando.
PD.- Sobre la loba y la perrita se escribirá una segunda
parte, si me aburro otro domingo.
2 comentarios:
Faltan aliens. 7/10
Para la segunda parte lo tendré en cuenta. Gracias por la sugerencia. ; ))
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