sábado, 5 de noviembre de 2016

¿QUÉ ME PASA, DOCTOR?

-Buenos días, doctor.
-Buenos días, paciente.
-Eso, paciente, porque llevo más de quince minutos esperando...
-Había otros enfermos antes que requerían mi atención. ¿Qué le ocurre?
-Me duele la garganta. Casi no puedo hablar.
-¿Desde cuándo?
-Desde hace dos semanas.
-¿Y por qué no ha venido antes?
-Estaba de vacaciones, no pretenderá que las suspenda, que ya tenía el hotel pagado.
-Abra la boca, por favor.
-Menudo método antediluviano. Toda la vida llevan diciendo lo mismo.
-No hay otro método para mirar la garganta que abrir la boca, en eso no hemos avanzado mucho.
-¿Qué tengo?
-Amigdalitis. Tome antibiótico durante diez días, e ibuprofeno. Tres tomas diarias.
-¿Unas vulgares anginas? No estoy de acuerdo. 
-Bueno, pues una faringo-amigdalitis, si eso le deja más satisfecho.
-¿Y el fin de semana tengo que madrugar para tomarme las pastillas a las ocho de la mañana? ¿No se pueden tomar dos por la noche?
-Por poder, se puede, pero no hacen el mismo efecto.
-¿Y tiene que ser en mi casa y no aquí?
-Por mí puede tomarlas en el trabajo, en la cafetería o donde le venga mejor.
-De ninguna manera. Usted es el médico y si vengo a la consulta quiero salir curado.
-A menos que lo ingresen, que no es el caso, no hay otro modo de tomar las pastillas en presencia del médico.
-Pues no me gusta que me pongan deberes.
-Pues entonces no se curará.
-Es injusto. Además tengo padel a las cuatro de la tarde.
-Interrumpa el partido para tomar las medicinas.
-Sólo faltaba.
-Haga lo que quiera.
-Oiga, un poco de respeto, que su sueldo lo pago yo.
-Y su salud la cuido yo, para eso me paga.
-Conozco mis derechos. No es usted nada democrático. Pienso convocar una huelga para que los enfermos se salten las prescripciones médicas de la seguridad social hasta que salgan de la consulta curados.
-Entonces vaya usted a la privada. Quizá allí tengan otras soluciones, como el copago, para que valore usted las medicinas y se las tome.
Cojo las recetas y salgo a escape. Ya buscaré una farmacia mañana o pasado. Aprieto el paso mientras enciendo un cigarrillo. Aún puedo llegar a tiempo a la manifestación contra los recortes en sanidad. Y que no se me olvide decirle al niño que este fin de semana no haga los deberes, que con las clases de pintura, equitación, inglés, piano y el baloncesto ya tiene bastante, el pobre, que además su madre y yo estamos cansados a las ocho como para ayudarle a hacer las tareas. Menudos vagos los maestros y los médicos, que ni se reciclan. ¿Anginas, dice? ¡Qué sabrán los médicos!

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