sábado, 27 de mayo de 2017

UNDER SKIN (PARA MIS AMIGOS DE SIEMPRE, LOS DE TODA LA VIDA).

Con jodida/jodiente frecuencia las cosas importantes quedan bajo la fina capa de nuestra piel. No se reflejan en los números de la cuenta corriente sino en la libreta de ahorro que llevamos en el bolsillo del cerebro, el corazón o el alma, para quien crea en ella. No viajan en cochazos (ni de segunda mano, cuyo seguro con franquicia nos ahoga); no viven en pisos con terraza, donde tomamos el sol desnudos para que nadie vea nuestras miserias físicas, ni hablar de las otras; no van de vacaciones a exclusivas playas de moda (¿qué es la vida sino un oxímoron?). Duermen con nosotros, profunda y plácidamente, y a veces despiertan, nos despiertan del sueño de la vida impostada, esa que nos empeñamos, obstinamos en vivir, la que exhibimos en las redes sociales -a mayor gloria de las redes sociales, no de la nuestra, tan laxa y autocomplaciente-. 
Juan, demostración de que el hombre viene del mono, aunque el mono, que se sepa, no sufre de alopecia; Juan Ignacio, el amigo para siempre -entiéndase por amigo quien a veces dice y escucha lo que no apetece-; Jose, el que lucha contra varias enfermedades y contra sí mismo -la peor de todas-; Roberto, el paradigma de "a mal tiempo, buena cara", rara avis que antepone el bien ajeno al propio... Hay más ejemplos, machos alfa de especies en vías de extinción. También hay "hembras alfa", que no sé si son beta, se me escapa el lenguaje entre la lengua. Son ejemplos de lo mismo con diferentes matices.
Aún habrá quien sufra porque no puede pagar un hotel con estrella de más, no vaya a salir mal en la foto o se enteren sus "amigos" de que no anda bien de pasta. Estarán hechos de otra pasta.

"I´ve got you under my skin", decía Frank Sinatra. Ahí se llevan las cosas que merecen la pena.

PS.- Tú sigue presumiendo de besar los labios que besas pensando en silencio en los que te apetece besar. 

PS2.- Seguro que lo has entendido.

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