Tras atravesar los 46 kilómetros de niebla que ayer la separaban de mi ciudad, pasé el día en Palencia. Desde mis lejanos tiempos de estudiante en la UNED no había vuelto a pasear tranquilamente por los Jardines del Salón, ni ido de tiendas por la calle Mayor. Despúes de la comida nos acercamos a la Catedral, que llaman La Bella Desconocida. Nada más franquear la entrada principal se acercó al trote una mujer para darnos la bienvenida en forma de ticket por valor de dos euros. Le pregunté si el óbolo era voluntario, a lo que respondió que obviamente no. Como no entiendo de obviedades, le dije que la entrada en la catedral de Valladolid, por ejemplo, era gratuita. En ese momento parece que se le dispararon las alarmas, no a la iglesia palentina, sino a la guía, y trataré de reproducir la conversación, que me pareció y sigue antojándoseme surrealista.
-¿La de Valladolid, dice? Claro, -me explica con un tono medio burlón. - Es que es... otro estilo.
-Ya sé que es de otro estilo, mujer,
-Herreriana, -me interrumpe. -La he visto muchas veces, porque estudié varias carreras en Valladolid.
-Ya, así que según el estilo se pone el precio, según usted.
-No es eso, pero es que esta catedral es otra cosa. Y por eso hay que pagar. Fíjese, las hay más caras, como la de Toledo, que cuesta 7 euros.
-¿Y la de Santiago de Compostela? Nunca he pagado por entrar.
-Bueno, -duda, como dándose cuenta de que el argumento cojea, -pero es que hay gente que tira papeles y chicles al suelo y hay que pagar a alguien para que lo limpie.
-O sea, que un católico que cede el 0,7% de la liquidación de su IRPF a la iglesia católica no paga de sobra los sevicios de limpieza... Claro, luego nos quejamos de que se metan con los curas.
Como veía que no iba a conseguir nada, que no era ahorrarme el dinero, aunque lo pueda parecer, sino un poco de empatía, le di las gracias por su amabilidad y le hice una última cuestión.
-Perdone, ¿a qué hora empieza la misa?
-A las seis.
-¿Y a misa se puede venir gratis o hay que pasar por taquilla?
-Tiene usted que entrar por la otra puerta, que lo pone bien clarito afuera, -su tono se hizo un poco más grosero, -pero sólo al altar mayor.
-Gracias y buenas tardes.
Salí de allí pensando en cómo asistir a misa sin echar la vista alrededor para no contravenir las normas mercantiles del Cabildo, o sea, ora a ciegas. Recordé que la Basílica de San Pedro no cobra entrada, y sin duda es una iglesia mucho más "de otro estilo" que la de Palencia. En fin, que me gasté los dos euros en un chupito de café, y algunos euros más en las rebajas.
Ya en casa, me ha dado por investigar los precios de entrada en otras seos, y he encontrado cosas curiosas:
En Sevilla se pagan 8 euros por una visita sin guía, pero es gratis para (y cito textualmente) jubilados, desempleados, sevillanos y discapacitados. Si yo fuese sevillano me haría poca gracia la exención tal y como se redacta.
La Nueva de Salamanca es gratis, pero a la Vieja se accede pagando 4,75 euros y se incluye la visita al claustro y al museo. Los martes hay entrada libre de 10 a 12.
Granada: 3,50. Segovia: 3 euros.
Por lo que parece, la de mi ciudad debe de ser una de las pocas en las que no se paga. Pues menuda birria, seremos los últimos en el ranking. Junto con Santiago de Compostela y San Pedro de Roma. Supongo que Juan de Herrera, el Maestro Mateo y acaso Miguel Ángel andarán disgustados por el agravio.
-¿La de Valladolid, dice? Claro, -me explica con un tono medio burlón. - Es que es... otro estilo.
-Ya sé que es de otro estilo, mujer,
-Herreriana, -me interrumpe. -La he visto muchas veces, porque estudié varias carreras en Valladolid.
-Ya, así que según el estilo se pone el precio, según usted.
-No es eso, pero es que esta catedral es otra cosa. Y por eso hay que pagar. Fíjese, las hay más caras, como la de Toledo, que cuesta 7 euros.
-¿Y la de Santiago de Compostela? Nunca he pagado por entrar.
-Bueno, -duda, como dándose cuenta de que el argumento cojea, -pero es que hay gente que tira papeles y chicles al suelo y hay que pagar a alguien para que lo limpie.
-O sea, que un católico que cede el 0,7% de la liquidación de su IRPF a la iglesia católica no paga de sobra los sevicios de limpieza... Claro, luego nos quejamos de que se metan con los curas.
Como veía que no iba a conseguir nada, que no era ahorrarme el dinero, aunque lo pueda parecer, sino un poco de empatía, le di las gracias por su amabilidad y le hice una última cuestión.
-Perdone, ¿a qué hora empieza la misa?
-A las seis.
-¿Y a misa se puede venir gratis o hay que pasar por taquilla?
-Tiene usted que entrar por la otra puerta, que lo pone bien clarito afuera, -su tono se hizo un poco más grosero, -pero sólo al altar mayor.
-Gracias y buenas tardes.
Salí de allí pensando en cómo asistir a misa sin echar la vista alrededor para no contravenir las normas mercantiles del Cabildo, o sea, ora a ciegas. Recordé que la Basílica de San Pedro no cobra entrada, y sin duda es una iglesia mucho más "de otro estilo" que la de Palencia. En fin, que me gasté los dos euros en un chupito de café, y algunos euros más en las rebajas.
Ya en casa, me ha dado por investigar los precios de entrada en otras seos, y he encontrado cosas curiosas:
En Sevilla se pagan 8 euros por una visita sin guía, pero es gratis para (y cito textualmente) jubilados, desempleados, sevillanos y discapacitados. Si yo fuese sevillano me haría poca gracia la exención tal y como se redacta.
La Nueva de Salamanca es gratis, pero a la Vieja se accede pagando 4,75 euros y se incluye la visita al claustro y al museo. Los martes hay entrada libre de 10 a 12.
Granada: 3,50. Segovia: 3 euros.
Por lo que parece, la de mi ciudad debe de ser una de las pocas en las que no se paga. Pues menuda birria, seremos los últimos en el ranking. Junto con Santiago de Compostela y San Pedro de Roma. Supongo que Juan de Herrera, el Maestro Mateo y acaso Miguel Ángel andarán disgustados por el agravio.
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