sábado, 11 de febrero de 2017

MUCHO EN UNO

Raramente se conjugan varias emociones antiguas. Es sólo una frase sin contrastar, como tantas otras, pero sirve para empezar el texto, que suele ser lo más difícil (otra verdad dudosa). 
Hace ocho años, mi amiga Clara, la gallega presta al abrazo no sólo físico, se tomó la molestia de crear este blog, contraseña incluida, para facilitar mi expansión artística. En principio se trataba de un casting para captar cantores. Acabó quedando en simple intención porque, abierto el cuaderno, me dio por divagar, ejercicio al que me entrego frecuentemente. Ella, sin saberlo, abrió la primera página, que fue saltando de acá para allá, de tema en tema, pero sin tema. El principal pasó a ser menos que secundario. Ahora vuelve a su origen. Ya no busco compañeros de coro, los tenía de antes sin saberlo, y de antes llegaron, pero la cosa iba de cantar.
El domingo, día que suelo dedicar a mis escritos, andaré haciendo playback en la iglesia del pueblo que dio nombre a mi madre, tan fiel a sus raíces que quiso nacer el día del santo patrón, con cuyo nombre se quedó. El Cuarteto Muzikanten, un quinteto venido a menos sólo por lo numérico, grabará su primer videoclip y lo hará en un vestigio del pasado que en mi cabeza siempre ha sido presente. A pocos metros descansan mis abuelos maternos y mi tío Félix, al que mi abuela Felisa decía que me parezco por payaso, con el cariño que una madre pronuncia esa palabra. Espero que les llegue el canto. Será un aleluya.

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