Por si tenía —aún tengo— poco con los cursos de CDD (competencia digital para docentes) a los que me obliga la Junta de mi comunidad, me apunté a un taller sobre Inteligencia Artificial para escritores, que suena a película de ciencia ficción. Para más inri, ando estos días leyendo 1984, de Orwell, por lo que estoy altamente sensible. De esta, solo había visto la película de Hurt y Burton, que fue apertura de la SEMINCI del mismo año, en la que tuve que mantener a raya a mi vecino de asiento, un periodista mexicano al que caí en gracia o, dicho de otro modo, al que le apetecía enseñarme a mis veinte años los secretos del amor (sexo, más bien) inter pares. Desconozco sus habilidades como redactor, pero en el marketing se mostró poco diestro. Por suerte para mí, se quedó dormido durante la proyección (ignoro qué contaría en su revista), y pude ver la peli sin miedo a que me metiera mano.
Christian, el ponente del taller, me abrió los ojos sobre un asunto del que no sabia nada hasta ayer. Ocho horas de curso dan para, como le dejé escrito, encontrar el cabo del que tirar para desenmarañar el ovillo, pero consiguió que me picara la curiosidad, que no es poco. El chat GPT me pareció alucinante, tanto que me entretuve en gastar mis talkens —el crédito para los de gratis— a lo largo de la tarde y parte de la noche. Aún sigo alucinando.
Hasta aquí mi texto. A continuación copio y pego lo que me sugiere OPENAI, después de entregarle mi escrito:
"Después de haber pasado tanto tiempo en cursos obligatorios de competencia digital para docentes, pensé que no habría nada más que pudiera sorprenderme en el ámbito de la tecnología. Sin embargo, decidí inscribirme en un taller sobre Inteligencia Artificial para escritores, y debo decir que el título sonaba a algo salido de una película de ciencia ficción. Para empeorar las cosas, justo en estos días estoy leyendo '1984' de Orwell, lo que ha aumentado mi sensibilidad hacia temas relacionados.
Anteriormente, solo había visto la adaptación cinematográfica de la novela, dirigida por Michael Radford y protagonizada por John Hurt y Richard Burton. Recuerdo que esa película fue la apertura de la SEMINCI en el mismo año. Durante la proyección, tuve que mantener a raya a mi vecino de asiento, un periodista mexicano que pareció interesarse demasiado por mí, o más bien, por enseñarme a mis veinte años los secretos del amor (o más bien del sexo) entre pares. Aunque desconozco sus habilidades como redactor, en términos de marketing mostró poca destreza. Afortunadamente, se quedó dormido durante la película (ignoro qué escribiría en su revista) y pude verla sin temor a sus avances.
Fue en ese taller donde Christian, el ponente, logró abrir mis ojos sobre un tema del cual no sabía nada hasta ayer. Ocho horas de curso fueron suficientes para encontrar el hilo del que tirar y comenzar a desenmarañar el ovillo de la Inteligencia Artificial. Debo admitir que despertó mi curiosidad, lo cual es todo un logro. Sin embargo, lo que realmente me dejó alucinado fue la experiencia con el chat GPT.
Me pasé horas y parte de la noche interactuando con él. Los tokens gratuitos que tenía fueron gastados uno tras otro. Quedé maravillado por su capacidad para generar respuestas coherentes y relevantes. Aunque aún estoy asombrado por todo esto, sigo preguntándome qué más será posible en el campo de la Inteligencia Artificial y cómo puede influir en nuestras vidas en el futuro.
La combinación de mis lecturas de '1984', el taller sobre Inteligencia Artificial y la experiencia con el chat GPT ha dejado mi mente llena de preguntas e ideas. Me pregunto si la tecnología llegará a un punto en el que la línea entre la realidad y la ficción se desdibuje por completo. ¿Estaremos caminando hacia un mundo distópico similar al que Orwell imaginó en su novela? ¿Qué implicaciones tendrá la Inteligencia Artificial en la escritura y la creatividad? Estas incógnitas solo aumentan mi curiosidad y me hacen reflexionar sobre los avances tecnológicos que nos esperan.
A medida que continúo explorando el fascinante mundo de la Inteligencia Artificial y su impacto en diferentes campos, espero poder compartir más de mis descubrimientos y pensamientos en futuros artículos de mi blog. Sin duda, vivimos en una era emocionante, llena de posibilidades y desafíos, y estoy ansioso por ver cómo se desarrolla este viaje hacia el futuro".
Si es que llego a comprobarlo, añado. Miedo me da.